"Era sobrecogedor ver la marca del agua en las paredes de algunos locales, que me pasaba la cabeza"
El pasado 14 de diciembre de 2024, en Asamblea General del Consejo General del Trabajo Social se reconoció la labor de las trabajadoras y trabajadores sociales en emergencias y del Colegio Profesional del Trabajo Social de Valencia con motivo de la tragedia causada por la DANA el pasado 29 de octubre de 2024.
Ángel Luis Arricivita Amo es miembro del Grupo de intervención en emergencias, que actualmente supone un espacio amplísimo para que el Trabajo Social muestre su gran labor, su entrega y su buena praxis en el contexto de la intervención profesional ante estas catástrofes naturales. Nuestra profesión ha estado presente durante la emergencia, pero es necesario reconstruir los escenarios en los que transcurre la vida de todas aquellas personas de Valencia y su entorno y que han quedado damnificados. Algunos de ellos de por vida, porque los bienes materiales son recuperables, pero las vidas sesgadas por los efectos de la inundación no se podrán recuperar.
El GEIES fue activado desde primera hora del 29 de octubre de 2024. Ángel Luis Arricivita es testigo en primera persona de la realidad social con la que se dan de bruces todos los equipos de profesionales que, con su mejor intención y su gran valía, han ido hasta tierras de Valencia para ayudar y apoyar dentro de los límites establecidos en la intervención.
1.- Ángel, como profesional del GEIES, que parte del Consejo General del Trabajo Social, ¿en qué zona o zonas de la DANA ha intervenido para ofrecer ayuda profesional? ¿Y cuántos días han estado en la zona?.
De entrada, quiero comentar que el Grupo Estatal de Intervención en Emergencias Sociales (GEIES) se constituyó en 2020 en el seno del Consejo General del Trabajo Social a raíz de la pandemia y, básicamente, está integrado por un grupo director, un grupo asesor, al cual pertenezco, y otros profesionales representantes institucionales.
Desde el primer momento, el grupo director se puso a disposición del Colegio de Trabajo Social de Valencia que, dicho sea de paso, ha hecho un trabajo de organización y coordinación impresionante; y activó al grupo asesor.
A partir de ese momento, nos organizamos para desplazarnos a Valencia 2-3 miembros en turnos de unos 4 días en tareas de asesoramiento y de intervención apoyando, principalmente, a los servicios sociales comunitarios de las zonas afectadas. La razón del tiempo de trabajo ahí obedece a criterios de cuidado de la salud mental. Simultáneamente, los Colegios que tienen Grupo de Intervención Social en Emergencias (GISE) ofrecieron su colaboración y se desplazaron también por turnos. Colegios que, todavía, no tienen GISE también se ofrecieron a ayudar. Todos nos pusimos a disposición del Colegio de Valencia que, como conocedora del territorio, era quien mejor podía organizar el trabajo en coordinación con los servicios sociales de las zonas afectadas, trabajadores sociales de centros de salud y hospitales, trabajadores sociales forenses, etc.
Yo, concretamente, estuve asignado a la zona de Alfafar junto con otros dos compañeros del GEIES y otras dos compañeras voluntarias del Colegio de Valencia; pero también se estuvo colaborando en Paiporta, Sedaví, Catarroja, Massanassa y Benetússer.
2.- ¿Había visto algo de una magnitud similar antes?
Hay que partir de que cada emergencia es diferente. Influyen muchos factores: la magnitud, el número de personas afectadas, la existencia de personas muertas, la posible vulnerabilidad previa, la duración,…
El tipo de emergencia me trajo a la memoria la riada de Biescas (1996), en la que murieron 87 personas, pero esto era otra dimensión. Ya solo por el número de personas fallecidas, me resultó escalofriante. Además de ver in situ los daños (materiales, sociales, emocionales, …) de que ha sido capaz la fuerza del agua.
3.- ¿Cuántos efectivos del GEIES se han trasladado a la zona damnificada?
Tras la valoración inicial por parte del Colegio de Trabajo Social de Valencia, estuvimos 11 miembros del GEIES, entre el 1 y el 16 de noviembre, aproximadamente; como decía antes, por turnos. Al igual que los GISE de los Colegios de Aragón, Madrid, Cataluña, Murcia y Baleares. Todos fuimos punta de lanza para apoyar en la inmediatez. A partir de esa fecha, la Comunidad Valenciana era la que debía articular la continuidad de apoyos al trabajo social en los dispositivos que se necesitaran.
4.- ¿Cómo coordinan su intervención, una vez tienen conocimiento de la necesidad de estar allá donde más se les necesita en ocasiones de emergencia?
En este caso concreto, como comentaba, fue el Colegio de Valencia quien mantenía contacto directo y constante con los diferentes dispositivos de atención social de las zonas afectadas y, de esta manera, recepcionaba las necesidades de apoyo. Todas las mañanas a primera hora, la gestora del Colegio, nos informaba brevemente de la situación en el momento, daba instrucciones y, el primer día, ya determinó cuál era nuestra población de trabajo a la que nos desplazábamos. En mi caso, una vez ahí, nos pusimos a disposición de las compañeras del servicio social de Alfafar, que ya nos estaban esperando.
5.- ¿Cuántos afectados por la DANA aproximadamente se calculan en términos generales?
En el diagnóstico para el Plan de recuperación y reconstrucción para las zonas afectadas por la DANA (Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha), que se presentó el 21 de marzo, se estimó que más de 306 mil personas habían sido afectadas, además de las 224 personas muertas y tres desaparecidas.
6.- ¿Hay alguna historia concreta, de las muchas de las que habrá sido testigo, que le haya llamado la atención especialmente?
Era sobrecogedor ver la marca del agua en las paredes de algunos locales, que me pasaba la cabeza. Yo mido 1,82. Entonces te das cuentas de que la gente estuvo en un auténtico lago.
Recuerdo el caso de una mujer que fuimos a visitar a su casa. La mujer estaba destrozada. Vivía sola. Hacía unos 7 meses su marido y su hijo habían muerto de cáncer. Sus dos hijas, vivían en otra localidad cercana y habían sufrido importantes daños materiales. Fue el caso que más me impactó de todos los que visitamos.
7.- ¿Qué criterio utilizan para aplicar la red de recursos materiales, humanos, y financieros si llegara el caso, en tantas situaciones de emergencia?
En esta emergencia, hay que pensar que la prioridad era la cobertura de necesidades básicas y asegurar su continuidad. Esto incluía desde alimentación a contactar con sus familiares. Además de, por supuesto, validar la existencia de vida.
Una vez en la sede de los Servicios Sociales de Alfafar, las compañeras nos facilitaban un listado de unas diez personas a las que había que visitar. Trabajamos por parejas. Se trataba de personas o familias que habían llamado directamente, u otros familiares, al 112 pidiendo información, ayuda, socorro, … Nuestro trabajo consistió, principalmente, en ir a visitar a esas personas con el objetivo de hacer una revaloración de la situación social. Visitamos unos diez domicilios diariamente. Obviamente, cada caso era diferente. Había casos que requerían de mucha escucha y apoyo, en otros sus familiares se los habían llevado ya de la zona, otros no podían salir de casa porque no funcionaba el ascensor y tenían limitaciones físicas, en fin… Ya con la información actualizada, además de nuestras impresiones, se les transfería a las colegas de los Servicios Sociales para seguimiento.
Y hablando de recursos humanos, tengo que decir que, tratándose de una emergencia de importante riesgo psicotraumático, debería estar protocolizado un dispositivo psicosocial externo, no expuesto, digamos “no contaminado”, de apoyo a los diferentes intervinientes.
En este caso, hubo trabajadoras sociales que, además de ejercer como profesionales de la ayuda, fueron víctimas directas o indirectas al vivir en algunas de las localidades afectadas. Por tanto, estaríamos ante casos de potencial doble victimación. Esto ya sucedió con el volcán de La Palma.
8.- ¿Qué otras profesiones han sido esenciales en la emergencia?. ¿Cómo es la coordinación y el trato con ellos en una situación de esta envergadura?
Como en toda gran emergencia o catástrofe, que desborda los recursos de emergencia de la zona, y este es el caso, es necesario contar con recursos humanos y materiales de otras comunidades autónomas, además de los estatales. Entiendo que cada grupo de especialistas procedentes de otros puntos de España se puso a disposición de sus homólogos locales que, siendo conocedores del lugar, sus recursos y necesidades de todo tipo, eran los indicados para coordinar las acciones en cada zona. Hemos podido ver equipos de Policía Científica de Madrid, policías locales de muchos puntos de España, la UME, bomberos hasta de las Islas Canarias, alumnas de Enfermería, … Y, como he dicho, lo mismo ha sido en el caso del colectivo de Trabajo Social.
En cuanto a la coordinación con profesionales de otras disciplinas, en los pocos casos que lo precisamos, fue de absoluta disposición.
9.- ¿Qué valoración hace de las ayudas económicas a nivel estatal, autonómico y local?
Si todavía resulta difícil concretar en términos económicos el alcance de los daños de todo tipo, no solo materiales, también sociales, emocionales, físicos, etc. pues, saber si las ayudas son suficientes, también lo es.
Puesto que hablamos de temas económicos, puedo decir que el Consejo General del Trabajo Social cuenta con una subvención directa del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 en el marco de un proyecto estatal de colaboración destinado al apoyo psicosocial de las personas afectadas y a fortalecer la resiliencia en las comunidades damnificadas, y que ya se ha empezado a desarrollar.
10.- ¿Tienen una previsión de regresar a la zona a corto plazo para continuar con su labor?
En lo que a mí consta, de una u otra manera, no se ha dejado de estar. De hecho, el equipo director del GEIES, está llevando a cabo diversas acciones con el objetivo de capacitar al colectivo de Trabajo Social ante situaciones de emergencias y, al mismo tiempo, valorar posibles acciones encaminadas a la recuperación con las personas afectadas.
Con esta finalidad, en la segunda quincena de enero, mantuvo un encuentro en Letur (Albacete) con el Colegio de Trabajo Social de Castilla-La Mancha y autoridades institucionales de la zona. A mediados de febrero, se reunió en Alhaurín de la Torre (Málaga) con el Colegio de Trabajo Social de Málaga y diversas administraciones. A finales de ese mismo mes volvió a Letur (Albacete). A finales de abril, estuvo en Landete y Mira (Cuenca) con la misma finalidad y, además, ofreció una breve introducción en torno al abordaje psicosocial de las emergencias.
Junto a todo esto, a primeros de mayo ya han empezado a trabajar unas 8 trabajadoras sociales en diversas zonas afectadas por la Dana, contratadas en el marco de la colaboración con el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, con el objetivo de dar apoyo psicosocial a las personas y comunidades damnificadas.
Hay que tener en cuenta que, al poco tiempo de suceder la Dana, el Consejo General del Trabajo Social planteó con dicho Ministerio colaboración conjunta que se materializó y se sigue manteniendo.
Por último, puedo decir que el Consejo junto con Polibienestar-Universidad de Valencia y otros socios españoles, portugueses y belgas han presentado un proyecto a la Unión Europea en el marco de la Protección Civil, centrado en la evaluación del daño social en grandes emergencias.
Por tanto, para el Colegio, para el GEIES, la emergencia no ha terminado. Entendemos ésta como un continuum en el que la fase de recuperación es tan importante como las actuaciones en la inmediatez; sin olvidar, tampoco, la importancia del trabajo a realizar para estar preparados antes de que se produzca un evento crítico.
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